Me estoy chingando a mi supervisora de tienda que está tan urgida de verga que me deja faltar a la chamba a cambio de unas ricas culeadas.
Un día mi chava me envío un pack de fotos bien chidas mostrándome las tetas para que fuera a verla saliendo de la chamba, pero me prendí tanto que fui al baño a hacerme una buena chaqueta porque si no iba a pasarme todo el día con la reata parada. Pero de lo caliente que estaba se me olvidó que el seguro está trabado y no sirve, así que justo cuando estaba por aventar la leche, mi supervisora abrió la puerta justo en el momento en que salpicaba el piso con los chorros de mis mecos que mi verga no dejaba de escupir a chorros. Se quedó boquiabierta y, para mi sorpresa, volvió a cerrar la puerta tras de sí y se arrodilló para limpiarme la verga con su lengua. Sin decir nada, salió de nuevo (para no dejar la tienda sola) y me dijo “luego continuamos”